La recopilación de datos en la industria energética
La industria energética ha estado recopilando enormes cantidades de datos en sus plantas y equipos de instalaciones. Esto incluye sistemas SCADA, sensores, y datos históricos. Actualmente hay miles de sensores en una planta de energía, que reúnen cuatrillones de bytes de datos por año. Con todo, su uso ha sido bastante reducido en lo que a analizar sus datos se refiere. Poco más del 2% de los datos se analizaron de manera efectiva y el resto prácticamente se perdió.
Pese a la lentitud en la gestión de las informaciones que ofrece el Big Data todo eso está cambiando. En general, la industria energética se enfoca en aprovechar los grandes datos de forma más efectiva, haciendo conexiones entre los requisitos del mercado y las condiciones de los negocios con el fin de analizar y gestionar eficientemente todo su entorno y así hacer que los datos se vuelvan extremadamente importantes para lograr una productividad mejor.
La clave para el uso efectivo del Big Data es permitir una visión más avanzada del rendimiento de la planta y los activos y, por lo tanto, la gestión y la comprensión del estado de mantenimiento de la máquina y el equipo. Estos conocimientos pueden aumentar la confiabilidad de los sistemas de la planta y permitir una mayor optimización de los programas de administración y mantenimiento, así como también presentar oportunidades para mejorar la eficiencia energética del proceso.
Hacer un uso correcto y productivo de los datos recogidos con el Big Data desde el punto de vista de la predictibilidad es obviamente más crítico. Cuanto más se comprenda la información, más eficientemente se podrá gestionar las plantas energéticas, lo que puede ayudar a ser más competitivo en el mercado. Conseguir una visualización clara de los datos es la clave para poder tomar decisiones inteligentes.
La inteligencia y el Big Data en la eficiencia
Reducir el desperdicio de energía está muy relacionado con iniciativas como la obtención de mejores luces y un mejor aislamiento, mejores calentadores y aires acondicionados. Pero ante todo es un desafío relacionado con los datos. No puedes reducir el desperdicio de energía hasta que sepas lo que se está desperdiciando, y la mayoría de los usuarios no son conscientes de su propio consumo en el hogar y en el día a día, ya que no tienen una forma directa de medirlo. Se necesitan datos para hacer un trabajo de ahorro de energía eficiente.
Gracias a la evolución de los sensores inteligentes y al gran volumen de datos que producen, junto con las nuevas empresas que saben cómo reducir esa información, los usuarios de energía desde fábricas hasta hogares individuales pueden rastrear y reducir el desperdicio de una manera que antes no era posible. Empiezan a verse pues los primeros resultados del Big Data en este sentido.
Una gestión de energía más inteligente puede mantener las redes sobrecargadas en funcionamiento y evitar la necesidad de plantas nuevas y caras, lo que es un gran beneficio para las compañías. El uso de energía no es constante a lo largo del día o del año; habitualmente aumenta en la mitad del día, especialmente durante los veranos calurosos.
Una administración de energía más inteligente también puede ayudar a las empresas de servicios públicos a manejar mejor las fuentes renovables intermitentes, como la eólica o la solar, compensando automáticamente cuando el viento no sopla o el sol no brilla.
El modelo energético del futuro
Así pues, el objetivo a corto plazo es reforzar el papel de la innovación con el fin de afrontar los retos del cambio climático con respuestas eficientes que, además, garantizan un suministro de energía barato, fiable y sostenible.
La tecnología, internet y, en definitiva, todo lo relacionado con el Big Data se alza como un puntal básico de un nuevo paradigma energético que se encamina hacia un uso responsable y cuidadoso con el medio ambiente. Sin ir más lejos, el hogar inteligente permite una gestión eficiente del uso de la energía, aportando seguridad y confort, además de comunicación entre el usuario y el sistema.
También gestiona inteligentemente la iluminación, climatización, agua caliente sanitaria, el riego, los electrodomésticos, etc., aprovechando mejor los recursos naturales, utilizando las tarifas horarias de menor coste y reduciendo, de esta manera, la factura energética. Además, mediante la monitorización de consumos, se obtiene la información necesaria para modificar los hábitos y aumentar el ahorro y la eficiencia lo que será cada vez más común en todos los hogares y en todos los ámbitos.
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