Es muy probable que al revisar el recibo de luz te sorprenda el incremento que ya viene añadido a él y que hace contraste con los meses anteriores. Se trata del impuesto de generación eléctrica que retoma su vigencia tras una suspensión temporal. Una medida que ha causado cierta confusión pero que bien vale la pena analizar. Este tipo de incrementos significan una señal de alerta ante un valioso recurso que hace que la economía y dinámica social se mantenga en marca.
El impuesto de generación eléctrica es una medida que se aplicó en 2018, pero que su ejecución fue pausada con un brecha temporal de seis mesesante las quejas e inconformidad de los usuarios así como de ciertos sectores de la sociedad; sin embargo, desde abril de 2019 se retoma su aplicación para mantener los acuerdos legales establecidos. El impacto en la factura final del servicio eléctrico sube un 7% en los usuarios.
Lo que debes saber del Impuesto de generación eléctrica
El impuesto a la generación eléctricatuvo su punto de partida con la Ley de medidas fiscales para la sostenibilidad energética, que entró en vigencia precisamente el 27 de diciembre de 2012, su principal razón de ser fue luchar contra el déficit de tarifa asociada al desajuste entre ingresos y costes del sistema, pero seis años después, fue el mismo gobierno español el que aprobó en el real decreto-ley 15/2018, con fecha del 5 de octubre de 2018, la aplicación de medidas urgentes para una correcta y oportuna transición energética que velara por la protección de consumidores.
La vigencia de este decreto estaba prevista solo para el último trimestre de 2018, extendiéndose hasta el primer trimestre de 2019. En su momento, esta medida temporal respondía al fuerte repunte del precio de la electricidad que se reportó en agosto de 2018, y que finalmente en septiembre del mismo año se disparó a las cifras máximas anuales con un valor que llegó a subir hasta los 75,93 euros/MWh causando alarma y desajuste económico en los consumidores del servicio.
¿Qué originó el impuesto de generación eléctrica?
Para entender las verdaderas razones del origen del impuesto de generación eléctrica, es conveniente hacer algo de memoria en la historia. En el caso de la energía eléctrica, es vital entender que la crisis energética global supone una alerta para administrar de manera más organizada el valioso recurso. Un aumento de precio simboliza una regulación importante, pero de igual manera las quejas y reclamos por esta medida han llevado a crear diferentes movimientos y reportes que buscan determinar la razón más sincera para esta subida de precios.
La creación de la plataforma ‘¿Por qué sube la luz?’ presentada en 2019 a la sede del Instituto de Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE) como iniciativa de la Fundación Feníe Energía, mantiene firmemente que la justificación del impuesto de generación eléctrica no obedece a razones ecológicas sino más bien administrativas.La creación de esta plataforma nació para informar a los consumidores de la importancia de tener en España una estandarización de precios acordes a los montos reales de producción de la electricidad.
El impuesto de generación eléctrica debería tener su génesis en la necesidad de abordar cambios estructurales en el mercado de servicios así como en el sector productor. Por una parte, los voceros oficiales de la administración del recurso eléctrico, señalan como motivos primordiales del incremento a la repentina escasez de viento y lluvias, las irregularidades en operatividad de la central nuclear, la subida inesperada del precio del petróleo y CO2 en mercados internacionales.
La queja social que despierta el impuesto de generación eléctrica
Iniciativas como ‘¿Por qué sube la luz?’ sostienen que el incremento del 7% sugerido al impuesto de generación eléctrica, va asociado al perfil de mercado excesivamente concentrado que tiene la producción y administración del recurso eléctrico. La queja social que esto ha originado señala que no se ha modificado la formulación real de los precios del mercado mayorista de la luz, y por consecuente se siguen tomando como referencia las fuentes de energía más costosas como guía para aplicar las tarifas globales.
El traslado a los peajes asociados al sistema eléctrico y gasista, es otra de las razones que podría duplicar el término de potencia que termina perjudicando al consumidor con el impuesto de generación eléctrica. La denuncia social de diferentes sectores ciudadanos, también ha señalado que se debería eliminar el control de la competencia para así poder manejar la transparencia de tarifas sin atribuciones centralistas en algunos grupos empresariales.
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